Empezaba el mes de
enero, y con él mis tan ansiadas vacaciones. Como todos los años viajaría a mi
querida La Pampa. En camino a ella, por la RN5, decidimos (con mi tía) visitar
la localidad de Francisco Madero, un pueblo de unos 1400 habitantes apróx. ubicado a 22 km de Pehuajó, partido al que pertenece. Y mas que grata fue la experiencia que viví. Recorriendo
y preguntando supe de la existencia del Club Atlético Maderense, y con ese
descubrimiento obviamente las ganas de tener la camiseta florecieron en mí.
Luego de visitar 3 o 4 domicilios, donde la gente, de manera muy
amable, me daría indicaciones de dónde ir y con quien hablar, llegué hasta la
estación de servicio que se haya en la entrada del pueblo. Así que allí fuimos,
buscando al señor Casimiro Fernández*, ni más ni menos que el actual presidente
de la institución y una de las más grandes figuras en la historia del club. Al
llegar, no se encontraba, pero los muchachos que estaban en dicha estación, de
primer momento se comprometieron y empezaron a hacer llamados para contactarme
con él, y así fue que me consiguió una camiseta y al preguntarle si podía
conseguir algo de historia para poder realizar la nota que hoy les entrego, no
dudó en cederme el libro de los 90 años de esta gloriosa institución. Así que paso a contarles sobre ella.
5 meses habían transcurrido ya del mes de Mayo, y de este mes ya corría el día 16, cuando en la confitería García (de la familia homónima), en la localidad de Francisco Madero, florece una nueva institución surgida por el deseo de varios vecinos, el Club Atlético Maderense. Su primera Comisión Directiva estuvo constituida por Ricardo Blanchet, a la cabeza como presidente, secundado por Ezequiel Barni como vice y Agustín García en el rol de secretario, entre otros tantos integrantes. Y es en una pieza, que se logra alquilar a fines de julio, en la que se desarrolla la “secretaría” del club.
5 meses habían transcurrido ya del mes de Mayo, y de este mes ya corría el día 16, cuando en la confitería García (de la familia homónima), en la localidad de Francisco Madero, florece una nueva institución surgida por el deseo de varios vecinos, el Club Atlético Maderense. Su primera Comisión Directiva estuvo constituida por Ricardo Blanchet, a la cabeza como presidente, secundado por Ezequiel Barni como vice y Agustín García en el rol de secretario, entre otros tantos integrantes. Y es en una pieza, que se logra alquilar a fines de julio, en la que se desarrolla la “secretaría” del club.
Como casi toda
institución de aquella época, el fútbol era el deporte destacado y para el
desempeño del mismo, la entidad albiverde inauguró un campo de juego,
apadrinado por la señora Susana S. de Rumi y el señor Ramón Jorge. Ya con
cancha, un equipo formado y los colores de la institución confirmados (verde y
blanco, debido a que el señor Blanquet tenía cierto afecto por el Club Ferro
Carril Oeste, de Caballito), era hora de iniciar lo que hace apenas un tiempo
era una simple idea, y el bautismo fue un cotejo contra el pehuajense Sportivo
Argentino. A este último lo volvería a enfrentar en otro partido amistoso 2
años después, en 1927, donde también disputa otro amistoso de local y visitante
contra F.C. Argentino de Trenque Lauquen.
Pero no fue sino hasta 1929 que el club jugó de manera oficial. De la mano de la creación de la Asociación de Football del Oeste (de Bragado), Maderense se afilia para comenzar su historia futbolística.
Con el crecimiento de la entidad, la”pieza” que se alquiló en 1927 empezó a quedar chica, y es por eso que las reuniones se mudan a la confitería “La Armonía” (propiedad de Unzué y Fons). Y con la llegada de este cambio también llegó para conformar la C.D., una persona que en un muy cercano futuro se convertiría en uno de los pilares del verde: Juan Halzague.
Pero no fue sino hasta 1929 que el club jugó de manera oficial. De la mano de la creación de la Asociación de Football del Oeste (de Bragado), Maderense se afilia para comenzar su historia futbolística.
Con el crecimiento de la entidad, la”pieza” que se alquiló en 1927 empezó a quedar chica, y es por eso que las reuniones se mudan a la confitería “La Armonía” (propiedad de Unzué y Fons). Y con la llegada de este cambio también llegó para conformar la C.D., una persona que en un muy cercano futuro se convertiría en uno de los pilares del verde: Juan Halzague.
Pero no todo es color
de rosa y se sabe que siempre hay altibajos y crisis, y Maderense no fue la
excepción. Para 1933, los aires políticos se respiraban en cualquier casa, la
disputa entre Radicales y Conservadores llegaba a cada rincón de Francisco
Madero, y también al club. Fue así que varios de los integrantes del plantel
albiverde presentaron su renuncia, y no sólo eso, sino que conformaron una
nueva entidad deportiva que rivalizara con Maderense. Se vestían de negro y
amarillo y su nombre era Juventud Unida. Esta drástica determinación dejó en
jaque al club, que debió recurrir a otros valores para afrontar sus
compromisos. Por suerte, ya para 1935, la situación empezaría a cambiar de
color y Maderense vuelve al ruedo. Se afilia a la Federación de Football
“Manuel Alberti”, también con localía en Bragado, donde la posibilidad de enfrentarse
a Juventud Unida era casi un hecho. Y así fue, el 7 de julio del nombrado año,
Maderense deja en claro quién era el capataz de F.Madero y derrota nada más ni
nada menos que 5 a 0 a su rival disidente.
2 años más tarde, ya con la senda deportiva bien encarrilada, el club participa de la Liga Regional de Football del Oeste (siempre con sede en Bragado), donde se gana el respeto de sus adversarios gracias a la buena participación del equipo.
Los años pasarían y Maderense seguiría forjando su buen futbol en la liga a la que pertenecía. Pero para el primer lustro de los años ‘40, el verde se afilia a la Federación Regional de Fútbol, en la cual asciende a primera división en 1943. Los torneos se dividían en zonas en las que solamente el ganador conseguiría el pase a la siguiente instancia.
Para 1945, la institución vuelve a cambiar de liga y se va a disputar la “recién nacida” Liga Pehuajense de Fútbol.
Desde entonces, el club desplegaría su buen fútbol, alternando buenas y malas campañas, pero nunca llegando a instancias definitorias. Esta racha se cortaría varios años después, cuando en 1958, el conjunto albiverde, disputaría la mejor campaña en su historia. El tricampeón indiscutido por entonces era el conjunto pehuajense Defensores del Este, que buscaba su cuarta estrella consecutiva y lideraba la tabla con 23 puntos, uno más que su inmediato perseguidor: Maderense. Y como si el destino lo hubiese predicho, en la última fecha ambas instituciones debían enfrentarse. El conjunto Azulgrana debía visitar el Juan Halzague, donde Maderense lo esperaba con uñas afiladas y dientes apretados para cortarles la racha campeona y coronarse por fin campeones. En un infartante partido, donde la pelota iba y venía de un arco al otro, ambas entidades mostraron su mejor fútbol, una lucha aguerrida se presenciaba en dicho estadio. Tal es así que ninguno de los 2 ganó. El cotejo finalizó con un marcador igualado en 2 y como se sabe, el empate vale un punto, por lo que amargamente, Maderense se quedó con el grito de campeón en la punta de la lengua, siendo subcampeón tan solo por una unidad.
Casi habiendo salido campeón, para el año siguiente todos pensaban que Maderense tendría revancha, pero no fue así. La parcialidad del verde tuvo que contener esas ganas de festejar durante 7 años, porque en 1965, llegaría ese tan ansiado, anhelado y merecido campeonato.
Si bien el debut no fue bueno, cayendo por 2 a 0 contra Estudiantes Unidos, esto fue algo así como una cachetada despabiladora para el club, que de ahí en más se puso a todo vapor y los resultados se fueron dando en su favor. Tal es así, que a falta de una fecha, Maderense era puntero junto Estudiantes y Defensores, todos con 19 puntos, escoltados por. K.D.T. con una unidad de menos. Y es a este último que la institución debía enfrentar en esa última fecha que estaba en boca de todos. Llegó el día de la infartante definición, Maderense no era favorito de nadie más que de la gente de Francisco Madero, todos pensaban que Estudiantes o Defensores serían quienes podrían campeonar. Pero no fue así, ya que estos dos no lograron triunfar en sus encuentros y tras el 1 a 0 en cancha de Estudiantes, con gol de Piñeyro a los ’52, de Maderense frente a K.D.T. el verde podría alzarse con el trofeo, la gente podría exaltarse y abrazarse de felicidad y a sintonizon todos podrían gritar “Campeón!”.
2 años más tarde, ya con la senda deportiva bien encarrilada, el club participa de la Liga Regional de Football del Oeste (siempre con sede en Bragado), donde se gana el respeto de sus adversarios gracias a la buena participación del equipo.
Los años pasarían y Maderense seguiría forjando su buen futbol en la liga a la que pertenecía. Pero para el primer lustro de los años ‘40, el verde se afilia a la Federación Regional de Fútbol, en la cual asciende a primera división en 1943. Los torneos se dividían en zonas en las que solamente el ganador conseguiría el pase a la siguiente instancia.
Para 1945, la institución vuelve a cambiar de liga y se va a disputar la “recién nacida” Liga Pehuajense de Fútbol.
Desde entonces, el club desplegaría su buen fútbol, alternando buenas y malas campañas, pero nunca llegando a instancias definitorias. Esta racha se cortaría varios años después, cuando en 1958, el conjunto albiverde, disputaría la mejor campaña en su historia. El tricampeón indiscutido por entonces era el conjunto pehuajense Defensores del Este, que buscaba su cuarta estrella consecutiva y lideraba la tabla con 23 puntos, uno más que su inmediato perseguidor: Maderense. Y como si el destino lo hubiese predicho, en la última fecha ambas instituciones debían enfrentarse. El conjunto Azulgrana debía visitar el Juan Halzague, donde Maderense lo esperaba con uñas afiladas y dientes apretados para cortarles la racha campeona y coronarse por fin campeones. En un infartante partido, donde la pelota iba y venía de un arco al otro, ambas entidades mostraron su mejor fútbol, una lucha aguerrida se presenciaba en dicho estadio. Tal es así que ninguno de los 2 ganó. El cotejo finalizó con un marcador igualado en 2 y como se sabe, el empate vale un punto, por lo que amargamente, Maderense se quedó con el grito de campeón en la punta de la lengua, siendo subcampeón tan solo por una unidad.
Casi habiendo salido campeón, para el año siguiente todos pensaban que Maderense tendría revancha, pero no fue así. La parcialidad del verde tuvo que contener esas ganas de festejar durante 7 años, porque en 1965, llegaría ese tan ansiado, anhelado y merecido campeonato.
Si bien el debut no fue bueno, cayendo por 2 a 0 contra Estudiantes Unidos, esto fue algo así como una cachetada despabiladora para el club, que de ahí en más se puso a todo vapor y los resultados se fueron dando en su favor. Tal es así, que a falta de una fecha, Maderense era puntero junto Estudiantes y Defensores, todos con 19 puntos, escoltados por. K.D.T. con una unidad de menos. Y es a este último que la institución debía enfrentar en esa última fecha que estaba en boca de todos. Llegó el día de la infartante definición, Maderense no era favorito de nadie más que de la gente de Francisco Madero, todos pensaban que Estudiantes o Defensores serían quienes podrían campeonar. Pero no fue así, ya que estos dos no lograron triunfar en sus encuentros y tras el 1 a 0 en cancha de Estudiantes, con gol de Piñeyro a los ’52, de Maderense frente a K.D.T. el verde podría alzarse con el trofeo, la gente podría exaltarse y abrazarse de felicidad y a sintonizon todos podrían gritar “Campeón!”.
Al año siguiente, el
equipo seguía con hambre de victorias y títulos y es así como también logró
consagrarse del Torneo Preparación de 1966, organizado por la liga rectora. Si
bien es un título menor, no deja de ser un trofeo más por el cual jactarse por
parte del verde. Y no solo ese año se logró un titulo, sino que también se
construyeron los vestuarios a la vera del campo de juego, sobre la calle San
Juan. Un gran avance por parte de la C.D.
El club estaba en alza, pasaba por sus mejores momentos, y no tuvo que pasar mucho tiempo para poder campeonar de nuevo. En 1967, el club repetiría el título de la Liga obtenido en 1965.
Los animadores de este torneo fueron Maderense, claro está, y el Club Progreso de Juan José Paso, que lucharon cabeza a cabeza durante todo el certamen y es así como a una fecha del final Progreso contaba con 27 unidades y Maderense con una menos. Quien tenía más ventaja era el club de J.J.Paso, ya que con un empate era campeón, pero debían enfrentarse en cancha albiverde, donde Maderense se hacía muy fuerte. Pero si pasaba lo mismo que hace casi 9 años, y el club se quedaría con las ganas en su casa y tan solo por un punto? Bueno, el destino (y el buen fútbol del verde) hablarían…
El encuentro fue lo que todos esperaban, un apoteósico despliegue de fútbol por parte de ambas entidades. Quien lograría romper el 0 en el marcador sería el jugador maderense Guzmán, que a los ’37 ponía el 1 a 0 para el local. Para el 2T, Progreso salió con los tapones de punta muy decidido a llevarse el trofeo, de esta manera, a los ’69 el jugador Loyola, pone el 1 a 1 en el Juan Halzague. Pero lejos de que esto desanimara y golpeara a los jugadores del verde, pasaría todo lo contrario. Maderense estaba dispuesto a ser campeón a como dé lugar, y tan solo un minuto después Zabala se llena el botín de gol y la institución albiverde pasa a ganar 2 a 1. Este marcador sería el definitivo. Por lo que por segunda vez en su historia, el club levantaba la copa de campeón.
La historia entre estas 2 instituciones no terminaría ahí. 3 años más tarde, en 1970, ambos clubes volvían a verse las caras para disputar una final. Pero esta vez no por puntos. Las reglas y el modo de disputa en la Liga habían cambiado y mucho. 10 equipos participantes se enfrentaban todos contra todos a dos ruedas, si el ganador de ambas ruedas era el mismo, se coronaba campeón de forma directa, de manera contraria, se jugaría un “mini” torneo al cual se lo llamó “Petit Torneo” a modo de cuadrangular, en el que participarían los 2 primeros y los 2 mejores segundo. Y así fue, Maderense ganó la primera rueda y Progreso la segunda, mientras que los otros dos integrantes serían K.D.T. y Calaveras.
Ahora todo sería por eliminación directa en partidos de ida y vuelta. Maderense y Progreso volvieron a demostrar por qué habían ganado cada uno una rueda y es así como se verían las caras en la finalísima. Acá el sistema era el siguiente: de ganar un partido cada uno (ida y vuelta, cada uno de local) se jugaría un tercer partido en cancha neutral, y en caso de haber empate en este 3er partido, la definición sería desde los 12 pasos. Fue esto lo que pasó. Progreso derrotó 2 a 0 a Maderense en la ida, pero el verde se impuso 3 a 0 en la vuelta. El 3er partido es donde la situación se puso intensa y aguerrida. El encuentro no pudo haber sido más peleado, tal es así que terminó 1 por 1, forzando los penales. Y esta tremenda pelea futbolística también se haría notoria allí, ya que llevaban pateados 12 penales cada uno, hasta que por fin, el jugador maderense De Filippo, pudo llenar la red con la pelota para que por 3ra vez, y ya casi como costumbre, el verde de Madero y su gente agote sus gargantas al grito de “Dale Campeón!”
10 años mas tarde y dejando de lado la amargura por el subcampeonato obtenido en 1978, en 1980, un 20 de Junio para ser exactos, se procede a inaugurar las obras realizadas en el estadio, como lo fue la colocación del alambrado perimetral. Aquella noche también se bautizó al estadio tal como se lo conoce hoy en día: Juan Halzague. Todo esto fue coronado con el partido de inicio de la segunda rueda contra K.D.T. Un encuentro que terminó con una catarata de goles, siendo 4 a 4 el resultado final. Los cuatro del local, los convirtió Casimiro Fernández.
2 años más tarde, Maderense daría un salto de calidad. Corría el torneo de 1982, el cual el verde lideraba con 20 puntos, cuando se decidió la suspensión de la liga para dar lugar al Torneo Regional AFA, donde la ciudad de Pehuajó debía tener un representante. Como ya lo imaginan, el verde de Madero fue el candidato.
Sin embargo la suerte resultó adversa y los resultados no se dieron. Jugó 8 partidos de los que solo ganó uno, empató otro y perdió los 6 restantes. Marcó 10 goles y recibió 23. Los adversarios fueron:
- Olimpo de Bahía Blanca (representante de la Liga del Sur)
- Loma Negra de Olavarría (representante de la Liga de Olavarría)
- Huracán de Tres Arroyos (representante de la Liga Tresarroyense)
- Independiente de Bolívar (representante de la Liga Bolivarense)
Todos ellos juntos con Maderense, integraban la Subzona C de la provincia de Bs. As.
(Cabe destacar que 3 de los integrantes fueron y son equipos que jugaron y/o juegan (el caso de Olimpo) en primera división).
Aun así, todo esto no hizo que el club se achicase y pierda su rendimiento. Para enero de 1983, el torneo local se reanudaría y Maderense empezaría su camino hacia otro campeonato más.
En dicho torneo se enfrentaría a (se muestran los resultados de Ida y Vuelta, osea primera y segunda ronda):
- Deportivo Argentino: 0-0 y 2-1
- Independiente de Mones Cazón: 2-0 y 0-1
- K.D.T.: 1-1 y 4-2
- Unión: 4-2 y 4-1
- Progreso: 3-0 y 2-2
- San Martín: 1-0 y 3-1
- Boca: 4-0 y 1-1
- Calaveras: 2-1 y 2-0
- Defensores: 1-1 y 3-2
Gran campaña del albiverde que logró consagrarse una fecha antes de que concluyera el campeonato. Quedando 3 unidades arriba de Deportivo Argentino. Esto, gracias al resultado obtenido en aquella anteúltima fecha, en la que venció con autoridad, dando vuelta el resultado a Calaveras, por 2 tantos contra 1 sobre el final de la hora. Los goles del verde los convirtió Gelabert (a los ‘60(P) y a los ’90), mientras que el gol del rival fue convertido por el jugador Martínez a los ’35.
Al año siguiente, la institución verde seguiría dando que hablar. El reciente título obtenido, hizo que el club volviera a ser quien represente a Pehuajó en el Regional. Nuevamente compartiría la Subzona C con los mismos integrantes de la vez pasada. Esta vez los resultados al principio serían favorables, pero el equipo no pudo seguir con esa racha positiva y volvería a quedar afuera de dicho torneo.
El club estaba en alza, pasaba por sus mejores momentos, y no tuvo que pasar mucho tiempo para poder campeonar de nuevo. En 1967, el club repetiría el título de la Liga obtenido en 1965.
Los animadores de este torneo fueron Maderense, claro está, y el Club Progreso de Juan José Paso, que lucharon cabeza a cabeza durante todo el certamen y es así como a una fecha del final Progreso contaba con 27 unidades y Maderense con una menos. Quien tenía más ventaja era el club de J.J.Paso, ya que con un empate era campeón, pero debían enfrentarse en cancha albiverde, donde Maderense se hacía muy fuerte. Pero si pasaba lo mismo que hace casi 9 años, y el club se quedaría con las ganas en su casa y tan solo por un punto? Bueno, el destino (y el buen fútbol del verde) hablarían…
El encuentro fue lo que todos esperaban, un apoteósico despliegue de fútbol por parte de ambas entidades. Quien lograría romper el 0 en el marcador sería el jugador maderense Guzmán, que a los ’37 ponía el 1 a 0 para el local. Para el 2T, Progreso salió con los tapones de punta muy decidido a llevarse el trofeo, de esta manera, a los ’69 el jugador Loyola, pone el 1 a 1 en el Juan Halzague. Pero lejos de que esto desanimara y golpeara a los jugadores del verde, pasaría todo lo contrario. Maderense estaba dispuesto a ser campeón a como dé lugar, y tan solo un minuto después Zabala se llena el botín de gol y la institución albiverde pasa a ganar 2 a 1. Este marcador sería el definitivo. Por lo que por segunda vez en su historia, el club levantaba la copa de campeón.
La historia entre estas 2 instituciones no terminaría ahí. 3 años más tarde, en 1970, ambos clubes volvían a verse las caras para disputar una final. Pero esta vez no por puntos. Las reglas y el modo de disputa en la Liga habían cambiado y mucho. 10 equipos participantes se enfrentaban todos contra todos a dos ruedas, si el ganador de ambas ruedas era el mismo, se coronaba campeón de forma directa, de manera contraria, se jugaría un “mini” torneo al cual se lo llamó “Petit Torneo” a modo de cuadrangular, en el que participarían los 2 primeros y los 2 mejores segundo. Y así fue, Maderense ganó la primera rueda y Progreso la segunda, mientras que los otros dos integrantes serían K.D.T. y Calaveras.
Ahora todo sería por eliminación directa en partidos de ida y vuelta. Maderense y Progreso volvieron a demostrar por qué habían ganado cada uno una rueda y es así como se verían las caras en la finalísima. Acá el sistema era el siguiente: de ganar un partido cada uno (ida y vuelta, cada uno de local) se jugaría un tercer partido en cancha neutral, y en caso de haber empate en este 3er partido, la definición sería desde los 12 pasos. Fue esto lo que pasó. Progreso derrotó 2 a 0 a Maderense en la ida, pero el verde se impuso 3 a 0 en la vuelta. El 3er partido es donde la situación se puso intensa y aguerrida. El encuentro no pudo haber sido más peleado, tal es así que terminó 1 por 1, forzando los penales. Y esta tremenda pelea futbolística también se haría notoria allí, ya que llevaban pateados 12 penales cada uno, hasta que por fin, el jugador maderense De Filippo, pudo llenar la red con la pelota para que por 3ra vez, y ya casi como costumbre, el verde de Madero y su gente agote sus gargantas al grito de “Dale Campeón!”
10 años mas tarde y dejando de lado la amargura por el subcampeonato obtenido en 1978, en 1980, un 20 de Junio para ser exactos, se procede a inaugurar las obras realizadas en el estadio, como lo fue la colocación del alambrado perimetral. Aquella noche también se bautizó al estadio tal como se lo conoce hoy en día: Juan Halzague. Todo esto fue coronado con el partido de inicio de la segunda rueda contra K.D.T. Un encuentro que terminó con una catarata de goles, siendo 4 a 4 el resultado final. Los cuatro del local, los convirtió Casimiro Fernández.
2 años más tarde, Maderense daría un salto de calidad. Corría el torneo de 1982, el cual el verde lideraba con 20 puntos, cuando se decidió la suspensión de la liga para dar lugar al Torneo Regional AFA, donde la ciudad de Pehuajó debía tener un representante. Como ya lo imaginan, el verde de Madero fue el candidato.
Sin embargo la suerte resultó adversa y los resultados no se dieron. Jugó 8 partidos de los que solo ganó uno, empató otro y perdió los 6 restantes. Marcó 10 goles y recibió 23. Los adversarios fueron:
- Olimpo de Bahía Blanca (representante de la Liga del Sur)
- Loma Negra de Olavarría (representante de la Liga de Olavarría)
- Huracán de Tres Arroyos (representante de la Liga Tresarroyense)
- Independiente de Bolívar (representante de la Liga Bolivarense)
Todos ellos juntos con Maderense, integraban la Subzona C de la provincia de Bs. As.
(Cabe destacar que 3 de los integrantes fueron y son equipos que jugaron y/o juegan (el caso de Olimpo) en primera división).
Aun así, todo esto no hizo que el club se achicase y pierda su rendimiento. Para enero de 1983, el torneo local se reanudaría y Maderense empezaría su camino hacia otro campeonato más.
En dicho torneo se enfrentaría a (se muestran los resultados de Ida y Vuelta, osea primera y segunda ronda):
- Deportivo Argentino: 0-0 y 2-1
- Independiente de Mones Cazón: 2-0 y 0-1
- K.D.T.: 1-1 y 4-2
- Unión: 4-2 y 4-1
- Progreso: 3-0 y 2-2
- San Martín: 1-0 y 3-1
- Boca: 4-0 y 1-1
- Calaveras: 2-1 y 2-0
- Defensores: 1-1 y 3-2
Gran campaña del albiverde que logró consagrarse una fecha antes de que concluyera el campeonato. Quedando 3 unidades arriba de Deportivo Argentino. Esto, gracias al resultado obtenido en aquella anteúltima fecha, en la que venció con autoridad, dando vuelta el resultado a Calaveras, por 2 tantos contra 1 sobre el final de la hora. Los goles del verde los convirtió Gelabert (a los ‘60(P) y a los ’90), mientras que el gol del rival fue convertido por el jugador Martínez a los ’35.
Al año siguiente, la institución verde seguiría dando que hablar. El reciente título obtenido, hizo que el club volviera a ser quien represente a Pehuajó en el Regional. Nuevamente compartiría la Subzona C con los mismos integrantes de la vez pasada. Esta vez los resultados al principio serían favorables, pero el equipo no pudo seguir con esa racha positiva y volvería a quedar afuera de dicho torneo.
Tendrían que pasar
varios años para que Maderense vuelva a ser protagonista y levantar una copa.
1997 fue un año muy prospero para la institución. Fue subcampeón de la liga
local y supo coronarse en el primer Torneo Confraternidad, que reunió a 20 clubes
de cinco ligas de la región, pertenecientes a las ligas de Trenque Lauquen,
Ameghino, Rivadavia, General Villegas y Pehuajó. El verde disputó 10 encuentros
laureándose ante Social y Deportivo de Tres Algarrobos, imponiéndose en los dos
cotejos de la final.
De ahí en más, Maderense seguiría desplegando su buen fútbol hasta los días de hoy. Creciendo como institución y llenado de orgullo y alegría a su gente, a todo un pueblo.
También hay que decir, que el club no sólo es fútbol. En él también se han practicado (y alguna se practican hoy día) distinto deportes, como lo son el Hándbol, el Ciclismo, Atletismo, Patín y Basquetbol.
En fin, muy grata ha sido la experiencia vivida. Desde el pueblo, su gente y lo que es Maderense, todo es una gran combinación que le dejan a uno una linda imagen en el recuerdo. Las gracias siempre van a quedar cortas para con ellos. Pero simplemente: Muchas Gracias Francisco Madero!
De ahí en más, Maderense seguiría desplegando su buen fútbol hasta los días de hoy. Creciendo como institución y llenado de orgullo y alegría a su gente, a todo un pueblo.
También hay que decir, que el club no sólo es fútbol. En él también se han practicado (y alguna se practican hoy día) distinto deportes, como lo son el Hándbol, el Ciclismo, Atletismo, Patín y Basquetbol.
En fin, muy grata ha sido la experiencia vivida. Desde el pueblo, su gente y lo que es Maderense, todo es una gran combinación que le dejan a uno una linda imagen en el recuerdo. Las gracias siempre van a quedar cortas para con ellos. Pero simplemente: Muchas Gracias Francisco Madero!
Vean la camiseta
albiverde:
Tradicional camiseta verde con bastones blancos. Estos no llegan hasta la parte superior de la prenda, sino que se cortan a la altura del cuello. Un diseño simple, pero eficaz, con ese toque muy pequeño de innovación. Ausencia de sponsors y sin muchos recortes, para concluir una linda camiseta a manos de la marca LIGERO SPORT.
El escudo, como siempre, en el corazón. Bordado y acompañado de las 5 estrellas conmemorativas a los títulos nombrados.
El logo de la marca se encuentra del lado paralelo al escudo, de color negro y sublimado a diferencia de su par.
Cuello verde en V para que acompañe los el movimiento de los bastones.
Gran detalle en la parte baja de la espalda, donde se encuentra sublimado de color verde el nombre de la institución.
En esta imagen y en la siguiente podemos ver como se han aplicado tanto el escudo como el logo.
He aquí el mencionado libro, que mas que libro es un manual. Información completísima, muchas fotos, muchos datos, resultados de partidos, goles convertidos, y muchísimo más para cerrar un excelso trabajo por parte de Javier Toffolo y Roberto F. Rodríguez.
Como dije al principio una muy buena camiseta, clásica y tradicional, muy acorde al club y limpia de sponsors.
Nota: 10/10
*Casimiro Fernández
Grande fue mi sorpresa cuando al irme de Francisco Madero y empezar a hojear el libre, me encontré con esta página. Todo un segmento dedicado a la persona con la que hace apenas unos minutos habia interactuado. Si hasta entonces estaba complacido por tan grata experiencia, al ver esto, me sentí casi como dentro del club. Muchas gracias, Casimiro!
Para saber más:
nunca un comentario a los de la "ruta",sabes algo del lechuza,mojarrita,muchinga,el pato,el sata,ect,ect,ect?
ResponderEliminarno discuto que casimiro era buen jugador,pero no te olvides que en la ruta habia mejores que el,lo que pasa que la plata hace la diferencia jaja.
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